En toda su
vida de jugador jamás había tenido una mano como aquella. Escalera de color a
ases, y más de un millón sobre la mesa.
- No puede
ser cierto-, pensó, mientras se secaba el sudor frío de las manos.
Y no lo era.
El trallazo de un trueno le despertó en medio de la noche.
2 comentarios:
No le estuvo mal empleado el trallazo súbito.
De no ser por ello, y porque era un auténtico iluso, ahí estaría. viéndolos venir, ases, millones y sustos parecidos.
Conclusión: 'De ilusión y de sueños se despoblaron tumbas'.
Un abrazo
Me encantan tus cimentariosPiliMªPilar. Gracias.
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