viernes, 30 de julio de 2010

Divertimento

A la noche, don José

con su mujer se acostó.

Porque no dijeran qué

a la grupa cabalgó.

Dale que dale y le dé

más de una vez lo intentó

mas, todos sabemos qué,

ni tanto así se le alzó.

Entonces la esposa fue

y con trazas amañó

tal calentura que, ¡a fe!,

al médico recurrió.

El galeno, a lo que sé,

por ser joven, recetó

dos tacitas de café:

“la leche la pongo yo”.

Maravillóle a José

ver qué pronto se curó

con, tan solo, aquel café.

(¿Y la leche que tomó?).