jueves, 17 de noviembre de 2011

A la brevedad de la vida

Vele la nieve con su manto leve
la injusticia que el tiempo ha perpetrado
en las carnes del hombre, condenado
a triste vida y esa vida aún breve.

Hagáis lo que hagáis, nada le conmueve
a Cloto, tejedora del hilado
del devenir, sostén enmarañado,
tenue hilo que el postrer suspiro mueve.

Cuidad, pues, de perder de aquí adelante
y aprovechad cada momento al punto
que, tolvanera de furor radiante,

de toda una existencia hace barrunto
de lo que pudo ser un solo instante
y nada llega a ser en su conjunto.

1 comentarios:

P MPilaR dijo...

Mejor que 'quevediano' este soneto
repleto de instructivas enseñanzas
que a fuer de interesantes ni son chanza
ni le hurtan punto a punto al cabal texto.
Pues sígante las letras al coleto
en tanto algún lector de usual templanza
así procura verlas más que a ultranza
en clave bien medida y buen concepto:
Solo reste añadido a los cuartetos
corolario o final, si bien se entiende,
que en medir, suficiente es un terceto,
y en rimar, consonancia presta apresto
al decurso integral, como pretende
quien rubrica salud, abrazo y gesto...


(Ésta que lo es, seguidora tuya y amiga de Jesús Jiménez- Mª Pilar Gutiérrez)
Un abrazo desde La Almunia de Dª Godina

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